Reseña Histórica
El Encuentro Conyugal llega a nuestra Diócesis de Trujillo en noviembre de 1987 siendo el matrimonio de Jesús y Lida Lugo Salazar el pionero de esta actividad, conjuntamente con el padre Rosminiano Gaetano Gilly. Se realizaron desde el número 1 hasta el número 8 en la casa de retiro “Betania” en la localidad del Jabón, estado Lara.
El primer Encuentro Conyugal realizado en la Diócesis es el número 9 en el año de 1990 se efectuó en el Seminario Diocesano de Trujillo, con la asistencia de Monseñor Vicente Hernández acompañado con un grupo de sacerdotes entre ellos Pbro. Antonio Ramón Molero, Pbro. Fidel Hidalgo, Pbro. Ramón Aponte y en el Equipo Animador el matrimonio Lugo Salazar, Matrimonio Rodríguez Matheus y el Pbro. Fernando Hernández (+). Asistieron 15 matrimonios. Desde esa fecha hasta el presente se han realizado 99 Encuentros Conyugales. Y para el 15,16 y 17 de marzo de este año se realiza el encuentro conyugal número 100, siendo el equipo animador los matrimonios Lugo Salazar, León Pérez, Rivero Montilla y el Pbro. José Torres.
El Encuentro Conyugal llega a nuestra Diócesis de Trujillo en noviembre de 1987 siendo el matrimonio de Jesús y Lida Lugo Salazar el pionero de esta actividad, conjuntamente con el padre Rosminiano Gaetano Gilly. Se realizaron desde el número 1 hasta el número 8 en la casa de retiro “Betania” en la localidad del Jabón, estado Lara.
El primer Encuentro Conyugal realizado en la Diócesis es el número 9 en el año de 1990 se efectuó en el Seminario Diocesano de Trujillo, con la asistencia de Monseñor Vicente Hernández acompañado con un grupo de sacerdotes entre ellos Pbro. Antonio Ramón Molero, Pbro. Fidel Hidalgo, Pbro. Ramón Aponte y en el Equipo Animador el matrimonio Lugo Salazar, Matrimonio Rodríguez Matheus y el Pbro. Fernando Hernández (+). Asistieron 15 matrimonios. Desde esa fecha hasta el presente se han realizado 99 Encuentros Conyugales. Y para el 15,16 y 17 de marzo de este año se realiza el encuentro conyugal número 100, siendo el equipo animador los matrimonios Lugo Salazar, León Pérez, Rivero Montilla y el Pbro. José Torres.
Programa perteneciente a los encuentros familiares
Los Encuentros Familiares de Venezuela (EFV) son “un movimiento, de carácter apostólico, que trabaja constantemente al servicio de las familias que habitan en nuestro país. Funcionamos administrativamente autónomos, aunque permanecemos vinculados a la Pastoral Familiar Nacional, organizados en consonancia con la institución FIRES internacional, y supeditados doctrinariamente a los postulados de nuestra Iglesia católica.
Su estilo de vida se concentra en las actividades de la persona como integrante de familia y de grupo apostólico, donde Dios constituye el motor que hace funcionar en la cotidianidad, los valores trascendentales que nos identifican y cohesionan de manera permanente. “Creemos en el poder de la plegaria, en la congruencia entre nuestros sentimientos, pensamientos, palabra y acción; y en la utilidad social de nuestro compromiso. Aprendemos con Cristo que nos conocerán por nuestros frutos, por lo cual hacemos oración y obras de misericordia, como parte de nuestra responsabilidad, que comienza con tratar de ser cada día mejores padres, hijos, hermanos, vecinos y ciudadanos. Y en consecuencia, nos presentamos ante Dios como testimonios vivos de todo lo que predicamos”
Los encuentros Familiares funcionan actualmente a través de nueve programas establecidos en más de 60 ciudades de Venezuela: Encuentro Conyugal, Retorno Conyugal, Encuentro de Hijos e Hijas, Retorno de Hijos e Hijas, Encuentro de Novios y Novias, Convivencia Familiar, Auto encuentro, Pre-Encuentro Conyugal y Encuentro Eucarís- tico
Este grupo apostólico desarrolla sus programas de acuerdo con las directrices del fundador, el padre Gabriel Calvo y las necesidades que vayan surgiendo en las familias que atienden…
En Trujillo ya van 100
En la diócesis de Trujillo va por el número 100. Este evento que dura todo un fin de semana ha acogido más de 1700 parejas que viviendo la experiencia han podido perdonar o pedir perdón, creciendo en comunicación y comprensión, compartiendo sentimientos, esperanzas, proyectos y sueños, reconociendo debilidades y fortalezas de su relación y el poder de la palabra y de la oración, para revitalizar la esperanza de una familia santa, feliz y santa, tras descubrir que Amar es una Decisión.
Según sus principios el Encuentro Conyugal es una experiencia íntima, orientada por el Espíritu Santo, que comienza con un evento de fin de semana, como una incomparable oportunidad para redescubrir la relación de pareja.
Por ello este fin de semana (15, 16 y 17 de marzo) se lleva a cabo un hermoso programa aniversario organizado por el Consejo Directivo Regional Valera, el cual tendrá lugar en la Casa de Retiro Juan Pablo II de El Alto de Escuque.
Además del encuentro de parejas este domingo habrá una solemne Misa de Acción de Gracias y Clausura de este encuentro el día a las 3:00 p.m, donde participarán sacerdotes y muchos invitados y cuya referencia publicaremos en la edición de Avance la próxima semana.
Los Encuentros Familiares de Venezuela (EFV) son “un movimiento, de carácter apostólico, que trabaja constantemente al servicio de las familias que habitan en nuestro país. Funcionamos administrativamente autónomos, aunque permanecemos vinculados a la Pastoral Familiar Nacional, organizados en consonancia con la institución FIRES internacional, y supeditados doctrinariamente a los postulados de nuestra Iglesia católica.
Su estilo de vida se concentra en las actividades de la persona como integrante de familia y de grupo apostólico, donde Dios constituye el motor que hace funcionar en la cotidianidad, los valores trascendentales que nos identifican y cohesionan de manera permanente. “Creemos en el poder de la plegaria, en la congruencia entre nuestros sentimientos, pensamientos, palabra y acción; y en la utilidad social de nuestro compromiso. Aprendemos con Cristo que nos conocerán por nuestros frutos, por lo cual hacemos oración y obras de misericordia, como parte de nuestra responsabilidad, que comienza con tratar de ser cada día mejores padres, hijos, hermanos, vecinos y ciudadanos. Y en consecuencia, nos presentamos ante Dios como testimonios vivos de todo lo que predicamos”
Los encuentros Familiares funcionan actualmente a través de nueve programas establecidos en más de 60 ciudades de Venezuela: Encuentro Conyugal, Retorno Conyugal, Encuentro de Hijos e Hijas, Retorno de Hijos e Hijas, Encuentro de Novios y Novias, Convivencia Familiar, Auto encuentro, Pre-Encuentro Conyugal y Encuentro Eucarís- tico
Este grupo apostólico desarrolla sus programas de acuerdo con las directrices del fundador, el padre Gabriel Calvo y las necesidades que vayan surgiendo en las familias que atienden…
En Trujillo ya van 100
En la diócesis de Trujillo va por el número 100. Este evento que dura todo un fin de semana ha acogido más de 1700 parejas que viviendo la experiencia han podido perdonar o pedir perdón, creciendo en comunicación y comprensión, compartiendo sentimientos, esperanzas, proyectos y sueños, reconociendo debilidades y fortalezas de su relación y el poder de la palabra y de la oración, para revitalizar la esperanza de una familia santa, feliz y santa, tras descubrir que Amar es una Decisión.
Según sus principios el Encuentro Conyugal es una experiencia íntima, orientada por el Espíritu Santo, que comienza con un evento de fin de semana, como una incomparable oportunidad para redescubrir la relación de pareja.
Por ello este fin de semana (15, 16 y 17 de marzo) se lleva a cabo un hermoso programa aniversario organizado por el Consejo Directivo Regional Valera, el cual tendrá lugar en la Casa de Retiro Juan Pablo II de El Alto de Escuque.
Además del encuentro de parejas este domingo habrá una solemne Misa de Acción de Gracias y Clausura de este encuentro el día a las 3:00 p.m, donde participarán sacerdotes y muchos invitados y cuya referencia publicaremos en la edición de Avance la próxima semana.
¿Qué es el encuentro conyugal y como funciona?
El encuentro conyugal significa una valiosa oportunidad de descubrirnos como individuos y redescubrir a nuestra pareja, para valorar la calidad actual de la relación esponsal.
Es una experiencia íntima de comunicación espiritual y humana entre parejas conyugales, que se inicia con un evento de fin de semana y dos pernoctas y continúa desarrollándose a lo largo de múltiples actividades durante la vida de los esposos.
Funciona mediante un conjunto de orientaciones y motivaciones provenientes de un equipo de matrimonios animadores y un sacerdote, que suscitan posteriores reflexiones personales y diálogos conyugales, en el ámbito de una comunicación amorosa con miras a preservar la paz, desarrollar el potencial afectivo y el servicio mutuos, valorando los compromisos familiares y creciendo juntos en la fe.
Es un tiempo para compartir sentimientos, esperanzas, proyectos y sueños, y una ocasión maravillosa para perdonar o pedir perdón, a Dios y a la persona con quien vivimos.
Su énfasis está en la comunicación entre los cónyuges, en un ambiente propicio para que pasen el tiempo, juntos, lejos de las distracciones y tensiones de la vida cotidiana, de modo que puedan concentrarse en su yo, en su pareja y en las debilidades y fortalezas de su relación.
No es un retiro, ni una clínica matrimonial, ni una terapia de grupos, ni una asamblea de cónyuges. Se fundamenta en el diálogo, en el respeto de la intimidad conyugal, en las diferencias individuales, en la particularidad de las historias familiares y en el poder de la palabra y la oración.
Es un enfoque dirigido a revitalizar ese mundo lindo, posible y soñado para dos, y un tiempo para volver a nacer en la esperanza de una familia sana, feliz y santa. Propicia circunstancias incomparables para consolidar, proteger y salvar la semilla de toda familia, tal y como lo atestiguan hoy, millares de personas en más de noventa países.
El encuentro conyugal significa una valiosa oportunidad de descubrirnos como individuos y redescubrir a nuestra pareja, para valorar la calidad actual de la relación esponsal.
Es una experiencia íntima de comunicación espiritual y humana entre parejas conyugales, que se inicia con un evento de fin de semana y dos pernoctas y continúa desarrollándose a lo largo de múltiples actividades durante la vida de los esposos.
Funciona mediante un conjunto de orientaciones y motivaciones provenientes de un equipo de matrimonios animadores y un sacerdote, que suscitan posteriores reflexiones personales y diálogos conyugales, en el ámbito de una comunicación amorosa con miras a preservar la paz, desarrollar el potencial afectivo y el servicio mutuos, valorando los compromisos familiares y creciendo juntos en la fe.
Es un tiempo para compartir sentimientos, esperanzas, proyectos y sueños, y una ocasión maravillosa para perdonar o pedir perdón, a Dios y a la persona con quien vivimos.
Su énfasis está en la comunicación entre los cónyuges, en un ambiente propicio para que pasen el tiempo, juntos, lejos de las distracciones y tensiones de la vida cotidiana, de modo que puedan concentrarse en su yo, en su pareja y en las debilidades y fortalezas de su relación.
No es un retiro, ni una clínica matrimonial, ni una terapia de grupos, ni una asamblea de cónyuges. Se fundamenta en el diálogo, en el respeto de la intimidad conyugal, en las diferencias individuales, en la particularidad de las historias familiares y en el poder de la palabra y la oración.
Es un enfoque dirigido a revitalizar ese mundo lindo, posible y soñado para dos, y un tiempo para volver a nacer en la esperanza de una familia sana, feliz y santa. Propicia circunstancias incomparables para consolidar, proteger y salvar la semilla de toda familia, tal y como lo atestiguan hoy, millares de personas en más de noventa países.
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