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lunes, 23 de septiembre de 2013

Campaña Abrazo en Familia





La familia, esperanza de la sociedad


La Comisión Episcopal de Familia e infancia, a través del Departamento ejecutivo, con motivo de celebrarse entre el 03 y el 10 de Noviembre la Semana Nacional de la Familia, caracterizada por la ya tradicional Campaña “Abrazo en Familia” 2013, escogió como lema “La familia, esperanza de la sociedad”.
Es harto conocida la afirmación de que ‘la familia es la célula fundamental de la sociedad’. En consecuencia, la salud total del organismo social depende en gran medida del buen estado y funcionamiento de las células que lo componen. Un diagnóstico acertado que descubra los males que le aquejan permitirá buscar los remedios indicados y poder así esperar una recuperación.
Un aspecto importante a tener en cuenta es el papel de la familia en el descubrimiento, crecimiento, celebración y transmisión de la fe. “En la medida en que la familia cristiana acoge el Evangelio y madura en la fe, se hace comunidad evangelizadora”
(Familiaris consortio 52). Y cita una frase del Papa Pablo VI: “La familia, al igual que la Iglesia, debe ser un espacio donde el evangelio es transmitido y desde donde éste se irradia”. (ib).Otra tarea que, por principio, corresponde en primer término a los padres es la educación de los hijos, tan cuestionada y amenazada hoy día. Recibiendo un firme ejemplo, los hijos tienen derecho a crecer en una justa libertad ante los bienes materiales, aprendiendo a hacer buen uso de ellos, adoptando un estilo de vida sencillo y austero, como lo ha enfatizado el Papa Francisco en Brasil, convencidos de que ‘el hombre vale más por lo que es que por lo que tiene’ (Gaudium et spes. 35).
Entre la familia y las otras instancias educadoras, debe existir una actitud de cooperación para bien del niño que se está formando. Tal como lo establece la legislación, debe asegurarse absolutamente el derecho de los padres a la elección de una educación conforme con su fe religiosa. Pero al derecho primario de los padres a velar por la educación de sus hijos, como complemente existe “el grave deber de comprometerse a fondo en una relación cordial y efectiva con los profesores y directores de las escuelas” (F.C., 40) Inculcar los valores espirituales y morales en el seno de la familia contribuye a crear un ambiente propicio para la socialidad, “ejemplo y estímulo para las relaciones comunitarias más amplias en un clima de respeto, justicia, diálogo y amor” (Fc, 43).
Trabajar por el fortalecimiento de los vínculos familiares es una manera efectiva de brindar un aporte valioso a la sociedad, enriqueciéndola en la construcción de un mundo más justo y más fraterno, basado en el respeto de la dignidad humana.
La campaña anual a favor del robustecimiento de la familia, promovida y organizada por la Iglesia, va dirigida a todas las familias: no sólo a las bien constituidas sino también a las afectadas por la desunión, las rivalidades y el desamor. Las primeras se enriquecen, dando desde su propia experiencia de convivencia en la fe y el amor, y las segundas con el ejemplo, la ayuda y la solidaridad de aquéllas. Es una campaña de optimismo, de renovación, de rescate y promoción de valores, que nos permite abrigar esperanzas en un mañana mejor, en el que se vean fortalecidas las familias particulares y, por ende, la gran familia humana.

Con mi Bendición.

Mons. Rafael Conde Alfonzo
Obispo de Maracay
Presidente de la Comisión episcopal de Familia e infancia

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