Hoy
hay grandes cambios en el mundo y en nuestra patria pero indudablemente
la familia sigue siendo la clave para la soluciones de los graves
problemas y retos sociales que se nos presentan, especialmente por la
enorme manifestación de violencia que palpamos a nuestro alrededor; la
violencia tiene múltiples expresiones y una de ellas ha sido las
terribles noticias sucedidas en las cárceles venezolanas. Aunque no sea
la primera causa del problema, es en las familias donde hay que revisar
primero. “La familia es la Clave”. En el hogar se aprenden y asimilan
los valores humanos y cristianos, como el amor, la responsabilidad, la
obediencia, la disciplina, el respeto y el dialogo; a los niños y
jóvenes debemos criarlos en un ambiente de amor y disciplina, de dominio
de sí mismos y con virtudes humanas y ciudadanas; de familias donde se
fomenten los valores surgirán también comunidades más unidas y sin tanta
violencia.
Estas y otras reflexiones hizo Mons.
Oswaldo Azuaje en el día de San Juan Bosco, padre y maestro de la
juventud al visitar dos de las comunidades parroquiales valeranas donde
más se venera la figura de Don Bosco. El jueves 31 de enero, a las siete
de la mañana Mons. Oswaldo Azuaje visitó el Colegio Salesiano y la
parroquia María Auxiliadora. Allí los alumnos prepararon actos y
participaron de la misa en honor a su patrono y protector. A ellos se
dirigió especialmente el Obispo exhortándoles a vivir en la alegría e
imitar a Don Bosco que fue niño y joven alegre feliz pero con Dios por
delante y generoso en el servicio a los más débiles y a la Iglesia.
El mismo día jueves a las 7:00 pm. el
pastor diocesano visitó la parroquia San Juan Bosco de la Floresta por
ser su día patronal; presidió la solemne eucaristía en compañía de nueve
presbíteros concelebrantes. Explicó Monseñor cómo fue la vida de aquel
jovencito quién luego sería el gran Don Bosco iniciador de imponderables
obras de apostolado que llevan adelante salesianos y salesianas sobre
todo a favor de los jóvenes. Destacó la alegría como una virtud de San
Juan Bosco a ser imitadas por todos los cristianos porque un santo
triste es un triste santo.
Indicó Mons. Azuaje que el testimonio de
Don Bosco nos invita a ser coherentes más allá de las palabras;
practicar una vida auténtica que se corresponda con la fe que decimos
profesar y así podamos producir frutos de amor, justicia y santidad como
se notaron en la vida del santo.
La multitudinaria y alegre celebración
eucarística en el templo de La Floresta fue el cierre de un extenso
programa festivo. Los feligreses recibieron al Obispo diocesano con
abundantes muestras de afecto y hasta una canción le compusieron los
integrantes del equipo de cursillos de cristiandad. Por su parte el
párroco Miguel Ángel Castellanos a nombre también del vicario
cooperador, presbítero Alexander Ynfante, agradeció al Pastor diocesano
por tan importante visita. También destacó la presencia del Alcalde de
Valera, los sacerdotes y la generosa participación de su feligresía.
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