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lunes, 17 de septiembre de 2012

Mensaje a las Familias Venezolanas en la Semana Nacional de las Familias.Mons. Ramòn Linares.

FAMILIA, EN TUS MANOS ESTÁ EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LA SOCIEDAD.
En mi condición de Obispo Presidente de la Comisión de Familia de la Conferencia Episcopal Venezolana  experimento  gran satisfacción al acompañar una vez mas el Programa  “El Abrazo en Familia” después de 21 años de servicio ininterrumpido a la  familia venezolana.    
Al hablar de la familia   creo que debo comenzar  por dirigir una ojeada  a la realidad de nuestras familias que lamentablemente viven y padecen  las mismas consecuencias de cualquier familia del tercer mundo. Lamentablemente a pesar de las riquezas con que Dios ha bendecido esta tierra  nuestras Familias  viven todavía, y sin una esperanza cercana de solución, las  consecuencias de  una dolorosa realidad  económica: carencia de alimentos, de trabajo, de vivienda, de medicinas, de ropas, de salud, de educación.  Pero otra realidad que podemos considerar mas grave  que la económica es la pérdida  de los valores   familiares en lo que no cabe duda juega un papel relevante    el individualismo, el subjetivismo y el relativismo moral. Como la familia es la pieza fundamental del engranaje social hay que afirmar que la  crisis   de  familia  es también la crisis de la sociedad. 
La crisis económica de la familia suele ser fruto tanto de errores personales  como de errores políticos y sociales debido a una pésima  gestión  de la acción política y de la acción social, pero nunca se puede afirmar que sea un objetivo buscado. En cambio, y eso es algo que debe preocuparnos, la destrucción de la familia como un valor fundamental y como fuente primera  de  todos los valores que hacen la persona, es un proyecto  bien programado y un veneno sutilmente inoculado   que mina la misma institución familiar  por ver en ella un obstáculo para el logro de sus fines. 
La familia es  hoy más que nunca,  motivo de gran preocupación por parte de la sociedad y de  Iglesia. La sociedad humana está fundada sobre la familia y en  inseparable  relación con el funcionamiento de la familia está el funcionamiento de la sociedad. La sociedad consumista y hedonista busca por diversos medios reducir la  valoración de la familia a la esfera de lo personal y subjetivo, pero sin correlación alguna con el bienestar de la persona y de la sociedad. Creo que un objetivo del Abrazo en Familia  este año va   dirigido   a reafirmar  una firme convicción  de  que la familia    es  la más preciosa bendición con que pueda contar una sociedad.  Afirma el Papa Benedicto XVI que la familia “patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños” y la razón para tal afirmación es que  “Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente… La familia es insustituible para la serenidad personal y para la educación de sus hijos” (A 114)
A nivel personal en la familia encuentra el hombre el lugar natural para su  propia realización como hombre y como la mujer,  como  padre y como madre  y garantía segura para el futuro de los hijos. Si en la familia: padre, madre e hijos no logran una robusta armonía organizativa, espiritual y humana, es decir, si no llega a funcionar como perfecta “comunión de vida y de amor”  tampoco  el entorno social en que se mueve vivirá en paz y armonía,  sino  en interminable situación de crisis  personal y social.
Si analizamos  ese  rol fundamental de  la familia comprendemos  la razón del Lema: EN TUS MANOS ESTÁ EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LA SOCIEDAD. Efectivamente en la familia está el origen y el futuro de toda persona.  
En la familia  nace la vida, en el seno de la familia el niño se va construyendo como  persona, y  se  comprende  como ser social y solidario.  Por eso me atrevo a decir  que cuando Dios dice: “ahora vamos a hacer el hombre”  debía estar  pensando en la familia como forjadora de hombres y mujeres. La familia pone en cada persona una marca de fábrica con  valores, fines,  caracteres  que la hacen inconfundible y sobre todo, “como lugar del diálogo y de la solidaridad intergeneracional, la hace uno de los vehículos más importantes de la transmisión de la fe”. (A 39)
Concluimos que actuar en pro de la familia, apoyar la solidez de su estructura interna como una exigencia natural, acompañarla en su proceso de formación humana y cristiana es trabajar por el futuro de la sociedad. Si aceptamos su condición de célula fundamental de la sociedad  aceptaremos también que solo familias sanas pueden garantizar  un cuerpo social sano.

Mons. Ramón Antonio Linares Sandoval.
Obispo de Barinas

Mons. Ramòn Linares.

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